¡Ya tengo casa!

Hoy, tras aproximadamente 20 e-mails he conseguido concertar cita con una casera y he ido a visitarlo con Estela. Sobre el piso ya os haré un post monográfico (no es gran cosa y pide a gritos una limpieza integral y un cambio de aires abrir la ventana y poner ambientadores por todas partes para que huela bien) pero finalmente he pagado el depósito y parece ser que en uno o dos días podré instalarme allí. 


Como en mi vida sólo puede haber weirdos, la casera es una mujer con obesidad grado 3, una siempre classy chaqueta de cuero negro y un pelo como si una jauría de hienas se hubiese peleado por el cadáver de un aguilucho ahí dentro. En un momento dado nos ha explicado que antes se dedicaba a criar gatos, lo cual ha explicado muchas cosas.


Tras una visita rápida (supuestamente estaba muy ocupada, y cuando le preguntaba cosas importantes se hacía la loca y la apurada en plan «Bueno, démonos prisa que tú aún no eres comprador ni eres ná y lo primero es ver los pisos», aunque mientras firmabamos el papeleo bien que le daba a la húmeda). Nótese que el papeleo y el depósito se lo hemos dado dentro de su coche. Mi asiento (el del copiloto) estaba cubierto por una toalla de baño amarilla con restos de patatas fritas - sobre los que me he sentado.


Pero bueno, pasado el trance, puedo decir que tengo piso y que está en una zona inmejorable, muy cerquita de la otra chica española y de la calle Mont-Royal, que es una de las más importantes, llena de comercios y de vida, así que ¡ALEGRÍA!


Esta semana tengo que hacer cosas serias como abrirme una cuenta bancaria y comprarme un selular. Puede que Fido sea una buena opción: móvil cutrete (45$), tarjeta SIM (10$) y recarga mínima de 10$. Y además mañana empiezo a trabajar: ¡miedo!


En otro orden de cosas, anoche Estela y yo probamos uno de los platos más emblemáticos de la Canadá francófona: la poutine. Básicamente son patatas fritas con una salsa, queso y bacon, salchicha, aceitunas o todos los condimentos que quieras ponerle: una gorriná, vamos. Aun así entiendo cómo puede resultar súper apetecible ir a por esto tras estar toda la noche de fiesta. Ummmm bien de grasa en mi vida.


¿Quién dijo grasas saturadas?

3 comentarios:

gargamel | 3 de octubre de 2010, 22:13

¡Uhh como las patatas Panetto del Panetto pero con más grasa y cantidad de ingredientes!
Me alegro! pronto fotos de la cueva

Drizt | 4 de octubre de 2010, 13:00

quiero ver ese portento ya!

Kaperucita | 7 de octubre de 2010, 4:19

cuando el leído lo de la toalla y las patatas fritas me he reído mucho por la nariz y se me han salido los mocos. hola :D

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