La pequeña Sudamérica y la casa del terror




Ayer tuve mi primera toma de contacto con la Universidad. Por la mañana me dirigí a un edificio polivalente donde se encontraba la Maison Internationale, algo así como la OCIE de la UJI, asumo yo, a ver si se apiadaban de mi condición de extranjero jovencito ligado a la universidad, aunque no estudiante, para asesorarme con la búsqueda de piso. Una mujer de amabilidad estándar me dijo que allí no podían ayudarme y que me dirigiese, en ese mismo piso, a los anuncios de logement hors campus. Todos los anuncios tenían alguna pega: precio desorbitadamente caro, no conocía la zona, buscaban chica (estos los detesto con toda mi alma) o barato pero buscaban vegetarianos (!!!). Es de... ¿qué narices os importa si me como una hamburguesa o una alcachofa mientras sea correcto en el trato y os pague religiosamente cada mes? Bastardos.

Anyway, luego quedé con mi jefe y me mostró mis dos centros de trabajo. Uno de ellos es como el CAL de la biblioteca de la UJI. Es básicamente un centro de recursos, como una pequeña biblioteca llena de libros, materiales didácticos, DVD y, ojo al dato, bien de VHS piratillas. Somos muy poquitos trabajando allí. El problema es que esa sede se traslada la semana que viene a otro edificio y me parece que tendré que poner muchas cosas en cajas.

En el otro sitio, que es un departamento de la universidad he conocido a más gente, a la lectora de español (muy simpática y amable), a los del departamento de catalán, que me han parecido súper majos, al director del departamento, al que será mi superior, a otra profesora, a una secretaria... Muchísima gente, de momento me cuesta memorizar algunos nombres y caras. Mis funciones en ambos departamentos siguen sin estar muy definidas, entre que un centro se está trasladando y que de la Uni me han dicho que me pase por allí la semana que viene... Además me están dando manga ancha porque saben que no tengo dónde caerme muerto piso aún.

Por la noche, el chico colombiano y un amigo suyo, junto con un nutrido grupo de franceses/as, colombianos y con una chica que se definía como europea pero que tenía un acento latino que echaba para atrás me llevaron a comer arepas (un plato boliviano y colombiano). El descubrimiento de la noche fue, para mí un refresco no alcohólico con el coqueto nombre de La colombiana (cuyo eslogan reza «La que tomamos en casa». Aun a riesgo de que Mire y Roberto me retiren el saludo me rendiré a la evidencia: es delicioso y refrescante. Creo que en El Corte Inglés venden, ya compraré un día cuando quiera sorprender a mis invitados con un piscolabis exótico.

Voilà, aunque yo la bebí enlatada

Por cierto, en la moderna y cosmopolita Canadá también es delito (al menos te miran mal por) preguntar en cualquier bar si tienen cerveza, así que todos a beber Colombiana y jugo de fruta de la pasión.

Últimamente tengo una exposición latina muy fuerte, (en estos dos días que llevo en Canadá). Ayer incluso asistí a una conferencia (como soy el chico para todo de español está entre mis funciones apoyar este tipo de cosas) sobre Reacciones anticolonialistas ante la independencia de las nuevas colonias iberoamericanas. El profesor era una eminencia y el público estaba entregado (la historia les tocaba de cerca) pero el título de la conferencia era a todas luces una mentira puesto que el tema como tal no se abordó o eso me pareció a mí y duró casi más el coloquio que la charla, con hipótesis lanzadas por el público como 
«Pues yo creo que si en vez de haber sido colonizada por Castilla, Latinoamérica hubiese sido colonizada por Cataluña les habría ido mejor». Vaaaleee ♪ Es tal la exposición que tengo que a veces, hablando me entra la paranoia de que estoy hablando con acento acolombianizado, y le suelo preguntar al interlocutor si es verdad, a lo que se quedan pasmados. Creo que sólo está dentro de mi cabeza. Antes me he descubierto pensando con acento colombiano. Es grave el tema.

Hablando de cosas menos chachis, hoy me ha entrado la bajona más absoluta porque se han juntado dos factores:
1) Mis compis de casa temporales me ponen de patitas en la calle mañana de manera irrevocable e inmisericorde. La chica que amablemente (o sin saber nada) me ha dejado su cama estos días regresa de su periplo y yo me tengo que ir. Estoy triste y angustiado.
2) Después de pasarme la mañana enviando e-mails para visitar pisos, he ido junto con una chica súper maja del departamento que me está ayudando un montón a ver la única casa que me había respondido a algún e-mail. El barrio parecía una especie de Bronx sosegado. Nos ha abierto la puerta un anciano con manchas en los pantalones, presuntamente senil y con los pelos de las cejas muy largos (y cuando digo muy es MUY). Nos ha subido a los pisos superiores, donde había unos pasillos decadentes llenos de puertas con un olor cargado y rancio y nos ha llevado hasta la habitación: un habitáculo enano con una nevera tumbada en medio de la habitación, deshelándose. Una cama con sábanas sucias no, lo siguiente y algo que en su día debió ser una almohada, una cocinita vieja y sucia y, a modo de armario, un recoveco tapado con una tela que jamás me atrevería a apartar. La guinda del pastel era un anodino póster de Río de Janeiro que decoraba la estancia. Hemos salido de allí por patas.

Dramatización

Mañana me iré a casa de esta chica que trabaja en la Uni, que amablemente me ha ofrecido su casa. Sólo de pensar que mañana me toca recoger los bártulos y recorrerme la ciudad con los dos maletones me pongo enfermo.

Sinceramente hoy no ha sido un buen día, he tenido momentos en los que me he llegado a arrepentir de haber venido. Pensaba: Yo en España era feliz, tenía un novio fantástico, los mejores amigos del mundo, una familia protectora y cariñosa, casa... ¿Qué he venido a buscar aquí?

Ya se me pasará.

3 comentarios:

Unknown | 2 de octubre de 2010, 2:31

Hazte vegetariano y come ternera en la intimidad de tu habitación!

ginersito | 2 de octubre de 2010, 6:11

Tendré que guardarme los filetones en el cajón de la ropa interior.

gargamel | 2 de octubre de 2010, 6:21

Giner ansío oirte hablar en colombiano.

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