Estado de alarma

Estando lejos de España, e imagino que incluso estando allá, resulta difícil posicionarse con respecto a la crisis de los controladores aéreos. Es cierto que el primer instinto es el odio feroz hacia este colectivo, unos profesionales muy dados a la huelga a la primera de cambio, porque me posiciono desde mi punto de vista y del de mi gente, todos aquellos a los que les afecta el no poder volar, ver a sus familias, llegar a sus puestos de trabajo, cumplir sus planes, tomarse unos merecidos días de descanso, seguir con su vida, etc. Bastante caro resulta de por sí tomar un vuelo (en la mayoría de los casos, yo jamás he encontrado una de esas tarifas milagrosas en las que sólo falta que te paguen por viajar) como para que encima te torturen con esperas, caos, incertidumbre, etc.

Y luego lees que estos trabajadores tienen sueldazos, en comparación con el mismo puesto en otros países y te parece demencial no ya que se pongan en huelga, sino que tengan la desfachatez de sabotear un engranaje muy extenso y del que ellos son una parte vital poniéndose enfermos todos de golpe. Este ha sido su mayor error, tomar a los pasajeros como el enemigo y no a quien supuestamente les oprime y les hace trabajar en condiciones inadecuadas.

Es por las razones previamente mencionadas que al resto de ciudadanos, pasajeros todos, nos cuesta empatizar con estos trabajadores y recurrimos al insulto y a la crítica porque es fácil y admitámoslo, divertido, y no nos gusta que un gremio se endiose y, consciente de su poder, nos destroce a todos los planes de puente, viaje, navidades en casa o lo que sea. 

Comentario de un internauta anónimo enfadado
Para enterarme mejor de esta polémica he empezado a leer el blog Controladores aéreos y otras plantas, que viene escrito por una controladora aérea cabreada que, aunque a veces pierde los papeles, escribe con corrección y expresa muy bien su punto de vista y a mí con una buena puntuación y cuatro tacos bien puestos, me tienen ganado. Soy así de fácil, qué quieren que les diga.

Leyendo sus escritos uno puede ver la otra cara de la moneda, la de un sector con escasez de personal al que supuestamente hacen trabajar a destajo. La señora esta dice que cuando se habló de hacer huelga les exigieron unos servicios mínimos del 120% (plantilla habitual más personal de refuerzo). En realidad no me lo creo, y pienso que esta mujer es muy de la pancarta y seguramente profese ideales hembristas (desde que aprendí este palabro necesito utilizarlo cada X frases), pero puede que tenga su parte de razón. Hacen falta controladores aéreos, queremos un curso CCC ya que forme a los jóvenes al respecto, que lo de sacar los tanques para que los militares obliguen a esta gente trabajar a punta de pistola, si bien cómico y surrealista, visto desde mil kilómetros de distancia, en persona tiene que acojonar. Y lo digo yo, que cuando venían los militares a mi universidad de Ohio a hablar de las bondades de alistarse en las fuerzas armadas (sería impensable que hiciesen eso en una universidad española) y de paso, a reclutar a algún nulo/a sin vocación y pobre de espíritu, me daba un escalofrío verlos por ahí con sus rifles, sus coches militares y toda la parafernalia.

El comentario de abajo es pa' matarlos
La reflexión que quiero hacer es que, primero que nada, los controladores aéreos se lo han montado fatal con la idea de bombero de ponerse malos todos a la vez, han conseguido que la gente los odie y que el Gobierno declare el estado de alarma y los amenace. Entiendo que no pueden hacer eso, porque ponen en jaque todo el tráfico aéreo. Con cosas como estas llego a pensar en lo que le falta a España para ser una potencia de verdad, con eficacia para resolver este tipo de conflictos y lo cerca que estamos de parecernos a una república bananera a veces. El Gobierno, por un lado lo ha hecho bien, solventando el problema básico, permitiendo que la gente pudiese volar a sus destinos, pero también ha tomado una medida muy drástica que roza lo legal y democrático. Y opino que por muy malos que sean los controladores, no se les ha dado voz suficiente.

Menudo embrollo. Reconozco que el tema me ha hecho interesarme por una profesión tan desconocida como la de controlador aéreo. ¿Qué se estudia para serlo? ¿Dónde? ¿Cuál es el perfil de una persona que se mete a hacer un trabajo así? ¿Cómo debe ser el ambiente en la torre de control, mirando mapas, haciendo comunicaciones por radio, controlando indicadores de altura, cercanía, pistas disponibles... con una taza de café sobre la mesa? Me parece un poco fascinante. Quiero ver la peli Fuera de control (Pushing Tin, 1999) que aborda esta profesión, aunque sale el pesado de John Cusack. Es aquella cuyo tema principal de la banda sonora era el temazo You Get What You Give de los muy one hit wonder New Radicals.

A ver si la encuentro en el videoclub del barrio.

1 comentarios:

Mireia | 8 de diciembre de 2010, 11:37

ara ser controlador hay que hacer oposiciones y es muy recomendable ser ingeniero, yo lo estuve mirando porque siempre me ha parecido un empleo súper atractivo, obviamente por el suelo, pero también por trabajar en un aeropuerto y bajo presión. Sin embargo me desanimé cuando vi que se piden conocimientos de matemáticas y física que yo no tengo.

Dicho esto, opino que tienes toda la razón: el estado de emergencia puso de relieve las deficiencias del estado español, más aun cuando los controladores llevan mucho tiempo amenzando con ir a la huelga.

Por cierto, al final puedo comentar en tu blog, pero tengo que hacerlo desde INTERNET EXPLORER *chillido de horror*. Para que veas lo mucho que te quiero ♥

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