Sobre cunas y epitafios

Hoy, mientras daba clase a mis queridos ancianos, les he pedido que firmasen la hoja de asistencia para llevar un seguimiento y al final del curso entregarles un certificado de asistencia a los que hayan sido fieles. Uno de ellos ha mencionado, con un humor bastante ácido, que lo colocaría en su tumba. Todos se han reído y yo he mencionado, limpiando el aire de la palabra «muerte», que podían ponerlo también en la sala de trofeos o donde ellos quisieran.

En la primera clase hemos hecho un ejercicio fallido sobre viñetas de humor gráfico de Forges, que ha dejado a mis alumnos más confusos que otra cosa porque no entendían el humor, ni los coloquialismos, ni los referentes culturales y por lo tanto, en el mar de la incomprensión no conseguían captar el humor que subyace a sus feroces críticas a banqueros, políticos, sociedad capitalista y demás protagonistas de los periódicos del día a día. Esos chistes, explicados de viva voz no tienen ninguna gracia, para qué vamos a engañarnos.

Tan querida ella.
En la segunda clase, conocedor de mi fracaso anterior, he optado por centrarme en el tema de la maternidad postergada y la paternidad después de los 40 años, gracias a un artículo publicado en El país que me ha pasado la maravillosa, pizpireta, cherry cherry-boom boom y a la sazón ex compañera de piso mía Mire. Esta actividad ha dado mucho juego y bastante conversación. Una señora me ha preguntado de repente a qué edad pensaba tener hijos y me he quedado un poco en blanco. He dicho que sobre los 35 años como mínimo, planteándome internamente si los tendré alguna vez, adoptivos o a lo Rachel Berry de Glee, producto de un vientre de alquiler y un batido del esperma de sus padres (a día de hoy aún no se sabe cuál de los dos es el verdadero progenitor, aunque uno de los dos es noir y a Rachel no la veo yo muy mulata, la verdad).


Qué insulsa mi vida últimamente, ¿verdad? ¡Pues no! Este finde fue bastante bacanal, entre unas fiestas y otras, sólo que esas cosas no las suelo contar aquí, que ustedes se me escandalizan. A ustedes les muestro reflexiones pseudo profundas acerca de la vida posmoderna en los suburbios de Japón y mi discreta vida laboral. Los datos eroticofestivos me los preguntan in person.


PD: La Gaga ha bajado al #9 (-5) en su segunda semana en el chart de Last.fm, y Britney baja nada menos que al #33 (-21), pese a tener ambas dos más escuchas que la semana anterior. La culpa es del nuevo disco de Radiohead y del de Arcade Fire (que los muy cultos musicalmente estadounidenses están escuchando masivamente debido al premio Grammy que se han llevado). Estos grupúsculos indies son unas perras advenedizas, la verdad. Unas dejándose el culo promocionando y subiéndose a plataformas con tubos en los dedos para que lleguen cuatro zarrapastras y les quiten lo bailao de golpe y porrazo. ¡Pues no! x2
Beware of Clowney. She will hunt you down at night.

3 comentarios:

. | 23 de febrero de 2011, 17:44

Perras advenedizas.

J'adore.

Jose | 28 de febrero de 2011, 16:35

Que me digas que la vag... señorita Britney se deja la piel haciendo promoción de sus canciones... eso sí que tiene guasa!

Unknown | 3 de marzo de 2011, 1:25

Lo de explicar el humor en clase es bastante complejo. Yo un día llevé una portada del ¡Qué me dices! y fue relativamente bien (aquí también tienen revistas del tipo cuore) y te da pie para explicar la familia real y cosas así. También quería hacer una clase del humor español, creo que una buena idea es introducirles algunos ADV, seleccionar algunos que sean simples pero efectivos y que puedan entender, no sé.

Es muy triste, pero nunca he escuchado a Radiohead. Creo que me tira para atrás el status y el pedestal en el que están para mucha gente etc. Como sus discos son los mejores de la historia para algunos y yo no he escuchado nada, osease nada. Igual algún día me atrevo.

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