Unas 11 horas de vuelo y tres escalas después...

He vuelto a Montreal. Estoy absolutamente muerto, aunque no tengo mucho sueño. Me reafirmo en lo aburridos que son los vuelos largos cuando estás solo. Desde que me he despedido de mi madre y de JC esta mañana en Valencia ha habido varios momentos crisis.

El primero de ellos ha llegado cuando, en la cola de facturación en barajas, una miembra de Continental Airlines me ha dicho que para poner los pies en EEUU y hacer el transbordo que tenía que hacer en Newark, NJ necesitaba una autorización llamada ESTA (lol) que se obtiene a través de Internet rellenando un formulario y previo pago, claro. Sin dejar que cundiese el pánico le he preguntado dónde podía conectarme a Internet para hacerlo y se ha puesto a pensar y ha dicho «A ver... puedes ir al Corte Inglés. Ah, no, que hoy está cerrado» y yo pensando que qué locura, que cómo me iba a ir yo a buscar un Corte Inglés en Madrid, con lo grande que es, teniendo el vuelo en un par de horas. Finalmente me ha indicado una modernité de máquinas que en realidad estaban por todas partes que eran una especie de cabinas de Internet, que estoy seguro que el lumbreras que las ideó, probablemente en alguna cabina prefabricada de alguna oficina de Movistar en el mundo, se creyó el Alexander Graham Bell de la nueva era. 

Estas máquinas, por descontado, estaban todas rotas o no cogían mi dinero (he tenido que ir a una oficina de cambio de moneda para que me diesen monedas porque tenía billetacos pero no dinero cash. Unos dramas) y cuando finalmente una se ha tragado mi moneda, la muy maldita no me abría la web y funcionaba con velocidad pleistocénica. Mi madre ha llegado a casa y ha apagado el móvil para dormir sin que la molestasen, con lo cual estaba incomunicable. Finalmente, JC, ese héroe moderno, me ha salvado la vida, guiándole por Internet, mientras hacía voz de dormido.

Tras la debacle de las 8 horas 45 min del trayecto Madrid - Newark (he empezado a ver La red social, pero no entendía nada con mis casquitos, ni siquiera en español latino, y no había opción subtítulos, así que finalmente he optado por leer y dormir la mayor parte del trayecto), he pasado por inmigración, el momento más temido y una vez he llegado a la cinta para recoger las maletas he pensado «Voy a llamar a mi madre para decirle que ya estoy aquí y bla bla». Ha salido la maleta y la he cogido y he llegado hasta otra puerta que también estaba vigilada y uno de los de seguridad me ha dicho que no con un gesto y en seguida he entendido que no debía estar hablando por teléfono allí. Me he despedido rápidamente y he apagado el móvil. Cuando he llegado a la altura de los vigilantes, el que me ha recogido un papelito que te dan en el avión, en el que indicas cuántos viajáis, para qué vas a su bendito país, si eres un contrabandista de licor, cigarrillos y carne, un maleante o si has estado en una granja hace poco (!!!) me ha mirado muy seriamente y me ha dicho lo siguiente "If I see you again using your cell phone, I'm gonna make you wait here for three hours, you'll lose your flight and we'll make your life a living hell".


Así me he quedado yo, flipando en colores. He dicho un Okay con la boquita pequeña y he seguido andando, pero me ha dado mucha rabia y no he podido parar de pensar en ello. Me sentía amenazado y despreciado. Estaba hablando con mi madre al llegar a un país extranjero sin saber que en esa zona, ya pasada la aduana y con mi maleta en la mano no se podía usar el móvil, no soy un puto terrorista. ¿De verdad tienen derecho a hablarme así? Me ha indignado hasta tal punto que quería poner una queja en algún lugar, pero bueno, sé que habría caído en saco roto. Era yo el que estaba cometiendo una infracción, y él hacía su trabajo. Si ellos tienen la premisa de meter miedo en el cuerpo, para que las posibles amenzas (al fin y al cabo CLIENTES que pagan su sueldo y a muy buen precio) sientan que son mierda que entra en su maravilloso, glorioso, esplendoroso país que todos los que no han nacido allí quieren bombardear porque son gentuza y comunistas y paganos y maleantes...

Encontrarme con un impresentable de esa calaña no ayuda a mejorar la sensación de desazón que tenía ya de por sí con la idea de volverme. Han sido unos días maravillosos en casa, con todos mis amigos, familia, etc. Ha sido breve pero muy agradable y la verdad es que se me hacía muy cuesta arriba volver. Estoy bastante pesimista y desanimado con respecto a los seis meses que me quedan en Montreal. Hace frío, tengo que trabajar, estoy solo... Venía desde la estación de metro arrastrando los pies y la maleta, mirando al suelo en vez de al lugar que dejé hace unas semanas. Quizá sólo sea el cansancio.

2 comentarios:

Jose | 10 de enero de 2011, 13:27

AW! Qué malos los guardias de seguridad grandotes y fuertotes metiéndose contigo! Oye, y en NJ has tenido que recoger tu maletita? No te la mandaban directamente a Monti? Sabes que tengo entendido que entrar jamón en EEUU es ilegal????

gargamel | 10 de enero de 2011, 13:35

Etiqueta "Unos dramas" ya.

Un beso, "miarma".

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